3.6. Recomendaciones uso oxígeno

Introducción:

  • La retinopatía del prematuro (ROP) es una enfermedad ocular producida por una alteración en la vasculogénesis de la retina que puede producir un desarrollo anormal de la misma, llevando a la pérdida parcial o total de la visión.
  • Es la principal causa de ceguera en la infancia tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo. A medida que estos últimos países proveen más cuidados intensivos neonatales, la incidencia de ROP aumenta.
  • Si bien su etiopatogenia no está totalmente aclarada, se sabe que la población de mayor riesgo de desarrollar ROP incluye a los recién nacidos (RN) pretérminos de menos de 1.500 gramos de peso de nacimiento (PN) o de 32 semanas o menos de edad gestacional (EG) y/o con evolución neonatal complicada por factores de riesgo tales como asistencia respiratoria mecánica (ARM), transfusión con hemoglobina adulta, fluctuaciones en la PaO2, administración de O2 no controlado, entre otros.
  • No obstante que el tratamiento de ablación de la retina con crioterapia y/o fotocoagulación laser reduce la incidencia de ceguera en 25% en aquellos pacientes que llegan a estadíos avanzados de la enfermedad, la evolución visual post tratamiento es a menudo pobre, por lo que debe darse prioridad a los aspectos preventivos.
  • La enfermedad se presenta con frecuencia muy elevada en Argentina. (1) Datos del Ministerio de Salud del año 2002, aportados por 36/47 servicios de neonatología del sector público de Argentina, identificaron la ocurrencia de 209 casos de ROP severa durante ese período. La muestra fue representativa del 37 % del total de nacimientos de pretérminos MBPN del país durante el año 2002. Los niños afectados fueron de mayor peso y edad gestacional que los referidos en la literatura. El 31 % tenían un PN < 1000 g, el 45 % entre 1001-1500 g, el 22 % entre 1501 y 2000 g y el 2 % eran > 2001g. El 24 % de los pacientes fueron “inusuales “, es decir, tuvieron PN > a 1500 g o EG > a 32 semanas.
  • P Visintin y col. (2) hallaron que la ROP era la causa de ceguera más frecuente entre los pacientes que concurrían al Servicio de Oftalmología del Hospital Nacional de Pediatría Garrahan. La misma autora investiga los antecedentes de 2009 niños matriculados en 28 escuelas para ciegos y disminuidos visuales del país, encontrando que 667 ( 33.2%) habían padecido ROP.
  • En los hospitales del GCBA, se registraron durante el año 2003, 31 casos de ROP severa en 9 instituciones, con una prevalencia del 9.36% en prematuros de MBPN, 38% superior a la del estudio CRYO-ROP de los años 1986-87 en países desarrollados.
  • En gran medida la ROP severa que amenaza la visión puede evitarse con cuidados neonatales apropiados y meticulosos ( prevención primaria). La incidencia de ceguera en cambio se logra disminuír con programas de pesquisa que permiten identificar y tratar oportunamente a los niños que desarrollan formas graves de la enfermedad ( prevención secundaria) .

Rol de oxígeno en la presentación de la enfermedad:

  • La hipótesis de ocurrencia de la enfermedad señala que el nacimiento conduce a la retina a un estado de “hiperoxia relativa” al pasar el niño de una PaO2 de 24-26 mmHg intrauterina a una mayor a 60 mmHg. Este evento interrumpe el gradiente de “hipoxia fisiológica “ en el frente de la vasculatura retiniana en desarrollo, inhibe la producción de factor de crecimiento del endotelio vascular (VEGF) y produce detención del desarrollo de los vasos y vasoobliteración. La retina avascular periférica se tornaría hipóxica debido a la creciente demanda metabólica del desarrollo neural sostenido, estimulando la producción de VEGF y como consecuencia, neovascularización anormal.
  • Los prematuros suelen presentar dificultad respiratoria que requiere apoyo terapéutico con O2 y/o asistencia respiratoria mecánica . Actualmente sabemos que estos pequeños bebés tienen un comportamiento más cercano al del feto que al del RN de término y que los valores normales de PaO2 esperados para ellos deben ser mucho menores. Numerosos trabajos han demostrado que un manejo cuidadoso del oxígeno con monitoreo contínuo de la saturometría durante todo el tiempo que el prematuro requiere O2 suplementario , logra disminuir significativamente la incidencia de ROP.