Mis Maestros
Soy un agradecido a la vida. Vivo en libertad, trabajo en lo que me gusta y tengo identidad. Mi percepción, mi sensibilidad y mi expresión están en equilibrio y en coherencia con mi ser.
Mi reconocimiento a mi familia, ampliada en su definición para incluir amigos, es el máximo que como persona humana puedo expresar. Pero aquí en esta parte de la presentación quisiera referirme a mis maestros. Maestros, afortunadamente tuve muchos, aunque quizás menos de los que hubiera necesitado. A dos de ellos, mi padre y Carlos Gianantonio ya me he referido, aunque retomaría el tema con igual o más emoción. Esta vez, de esos otros muchos, he elegido dos, pero entiéndase en representación de todos.
El Dr. Juan Vicente Climent, médico pediatra, el primer neonatólogo intensivista de la Argentina. Pionero en la asistencia respiratoria mecánica del RN, e investigador de raza, estudioso y con una dedicación e increíble entrega para con su Hospital de Niños de La Plata. Hasta ahí viajaba yo en mi Fiat 600 para aprender lo que en ningún otro lado se hacía: la Terapia Intensiva como hoy se concibe, pero en sus comienzos. El Dr. Climent enseñaba con un entusiasmo contagiante y una humildad solo entendible por su grandeza. No conocía de horarios y era uno el que veía agotada su capacidad de aprender, al menos por ese día, para esperar con ansias el próximo. Como el Dr. Climent no habrá otro igual. Para nosotros queda el privilegio de su recuerdo.
La segunda persona elegida es una mujer. Una enfermera. Una señora enfermera Jefa. Es la Señora Haydee Peñalba, enfermera jefa de Neonatología en funciones cuando llegamos los del “Niños a la Sardá”. Con muchas convicciones y probablemente con una cuota aún no digerida de omnipotencia y de soberbia avanzamos sobre los RN prematuros para brindarles nuestros actualizados y modernos conocimientos. Al cabo de algún tiempo con mucho respeto la Señora, porque lo es , se acercó para decirme:”Dr. Miguel ( Dr. Larguía era mi padre), desde que Uds. Vinieron a los prematuros no les va mejor!!. Cuando escuché esta afirmación que no dudé que era cierta , por de quién provenía, no supe que argumentar y solo atiné a preguntar ¿Por qué ? Nuevamente con mucha discreción y hablando en voz baja para que solo yo escuchara agregó: “Porque Uds. son muy agresivos y ellos muy vulnerables “.Entendí su verdad y superando mi vergüenza y herido orgullo le pedí que me dejara trabajar con ella de…enfermero. Así fue y durante un mes dejé de ejercer la medicina hasta que aprendí lo necesario, lo apenas suficiente para modificar nuestro invasivo accionar. Con Haydee Peñalba me gradué con un título que nunca recibiré de la materia más importante para el éxito de un médico pediatra neonatólogo.
A partir de entonces y hasta no hace mucho, los médicos residentes rotaban un mes por enfermería. La sobrevida de los RN prematuros con peso entre 750 y 1000 grs. es hoy en la Sardá 80 % y no sería así, si la historia se hubiera escrito sin este capítulo.