Entrevista Dr. Mario del Barco
No es casualidad que FUNLARGUIA haya elegido al Dr. Mario del Barco para su primer Newsletter.
Tampoco es casualidad que el Dr Mario del Barco haya sido el Vicepresidente del último Congreso de Neonatología de la Sociedad Argentina de Pediatría en este año, donde entre otras funciones tuvo a su cargo la coordinación de la actividad científica de discusión sobre: “Realidad y posibilidad del parto respetado: la brecha entre el hecho y el derecho”. Sin duda, es uno de los máximos referentes para la discusión sobre esta compleja temática en nuestro país, vinculada a la aplicación de la Ley Nacional 25.929 sobre los Derechos de los Padres y sus hijos durante el nacimiento. El Dr. del Barco, dirige el Servicio de Neonatología del Hospital Público Materno Infantil de la ciudad de Salta, en el cual nacen más de 9000 personas por año, y lo hacen en salas UTPR (unidad de trabajo de parto, parto y recuperación) cuando corresponde.
Esta condición ya sería suficiente para su elección si no fuera que además, en su hospital se cumplen desde hace años los 10 pasos del modelo de Maternidades Seguras y Centradas en la Familia y esto es una verdad indiscutible.
Las respuestas del Dr. del Barco reflejan su trayectoria plena de compromiso y honestidad con la profesión.
MIGUEL LARGUIA
Presidente de FUNLARGUIA
1) ¿Cuándo y cómo comenzó su trayectoria en la iniciativa del "parto respetado" ¿Cuáles fueron los primeros pasos en éste nuevo camino?
Me recibí en 1973, trabaje en el Hospital de Mina El Aguilar desde enero de 1974 hasta 1980. En ése lugar empecé mi trabajo en la Neonatología muy vinculado a una Obstétrica: Blanca Leales. Ella fue la primera que compartió su experiencia para la atención del parto y la atención del recién nacido. En ese lugar ubicado en plena puna argentina muchas veces era difícil convencer a las madres sobre la necesidad que se despojaran de la ropa para ser examinadas o atendidas; el nivel de pudor por falta de información era relevante. Los partos domiciliarios en la zona de influencia alcanzaban el 20 %.
Después me trasladé a Salta y fui el primer médico de guardia de Neonatología en el Hospital Materno Infantil de Salta a partir del 1 de Marzo de 1981. Las Parteras eran las dueñas y señoras de la sala de partos: atendían a las madres y el mayor obstáculo era la evidente resistencia por dejar a los recién nacidos en nuestras manos.
En el año 1995 fui designado Gerente del Hospital Público Materno Infantil donde desde el año 1990 me desempeñaba como Jefe de Unidad de Neonatología. Uno de los objetivos de mi gestión fue jerarquizar el servicio de Obstetricia del Hospital que mostraba serias deficiencias en sus condiciones para el trabajo y también en la gestión integral. Para ello revisé la declaración de la OMS en Fortaleza del año 1985 , donde el lema era : “El Nacimiento no es una Enfermedad”. Los cambios en infraestructura edilicia y la adecuación de recursos materiales, entre otras cuestiones, no llevó demasiado tiempo: la tarea titánica estuvo vinculada al cambio del paradigma, es decir cambiar la cultura instalada por la atención del parto centrado en la dignidad, privacidad y libertad de la mujer y su familia.
El modelo de TPR o UTPR (Unidades para el Trabajo de Parto, Parto y Recuperación) propuesto en las “Guías Perinatológicas” por el Dr. A. Miguel Larguía y su equipo (año 2002), fueron el cimiento para empezar con las acciones destinadas a lograr una atención respetuosa del parto, sin separar la madre de su recién nacido y mejorando la comunicación entre todos las personas que trabajan en el área, o en aquellas vinculadas directamente a ese trabajo.
2) ¿Cuál es la trascendencia que tuvo (y tiene) éste paradigma en la sociedad argentina?
La trascendencia es una consecuencia del cambio del paradigma, donde “la mujer objeto e insensible a prueba de todo” pasó a ser “la mujer sujeto, sensible y vulnerable” en uno de los momentos más importante de su vida.
3) ¿Cuáles son las principales diferencias y las ventajas y desventajas entre un parto domiciliario y un parto respetado propiamente dicho, en un marco institucional?
Últimamente mucho se ha escrito sobre los partos en el domicilio. Y estoy convencido que para muchos significa volver a las fuentes y devolverle a la mujer y su familia el protagonismo de sus decisiones, rechazando el trabajo rutinario, irrespetuoso, medicalizado e intervencionista de algunos servicios de salud donde se atienden los partos. La institucionalización del parto es considerado un progreso en Salud Pública ya que disminuye significativamente la morbimortalidad de mujeres e hijos. Sin embargo es importante destacar que ésta afirmación es moralmente válida cuando se cumplen los siguientes requisitos:
-Cuando la información ofrecida es detallada, respetuosa y consensuada con la familia
-Cuando el embarazo esté precedido de un buen control pre-concepcional y prenatal
-Cuando se evalúen los riesgos del embarazo y del parto y se tomen todas las previsiones para disponer de la mayoría de “los recursos” para una atención respetuosa y segura de todo el proceso perinatal (incluido el cuidado inmediato del recién nacido).
-Cuando se cumplan las condiciones y recomendaciones para un parto respetado
-Cuando se estimule la participación de la familia
-Cuando se planifique y coordine seriamente la transferencia al lugar de nacimiento adecuado según pautas de regionalización
-Cuando se cumplan con las prácticas y recomendaciones basadas en el mejor conocimiento en beneficio de la mujer, su recién nacido y su familia.
-Cuando se evalúen los costos directos e indirectos de todo el proceso
-Cuando se coordine el seguimiento inmediato y seguro de la madre y el niño
Si éstas condiciones se cumplen para la atención del parto en las instituciones no habrá justificativo para el parto domiciliario por sus inaceptables riesgos.
Por otro lado el hecho de atender los partos en domicilio sin cumplir con los requisitos expuestos es una decisión arriesgada e insegura, incluso en países desarrollados.
4) ¿Por qué cree que hay falta de información entre las futuras madres? ¿De qué manera podrían volver a "empoderarse" y llegar informadas al momento del parto?
Creo que en nuestro país hay problemas vinculados al desarrollo de la sociedad en sus distintos aspectos, donde la pobreza y la educación son temas pendientes a resolver. Se requieren políticas de estado públicas y sostenidas en el tiempo. La asistencia primaria de la salud eficiente es, sin duda, una estrategia fundamental que requiere de mayor fortaleza estatal, como así también el hecho de disponer de una historia clínica única e informatizada como herramienta valiosa para el proceso.
La detección de la embarazada, la información y la preparación para el parto son factores que deben estar disponibles en todos los centros de salud periféricos. La Obstétrica itinerante para estas tareas educativas junto con otros actores de los centros de salud puede ser decisiva para mejorar el empoderamiento y la información de la madre.
5) ¿Qué nivel de importancia adquieren los médicos obstetras y los enfermeros previamente, durante y después del parto?
El rol de los médicos obstetras y enfermeros es trascendente; el edificio ayuda y los recursos también pero ésto no es suficiente para una atención con calidez que no es lo mismo que sólo una atención de calidad. Observo con preocupación que las obstétricas en las grandes maternidades actúan como médicos, las enfermeras cumplen con los procedimientos y es difícil que se salgan del libreto, mientras que los obstetras quedan reservados para las emergencias o situaciones complicadas. El medico “partero” va desapareciendo a pasos agigantados, por lo que considero sería importante la posibilidad de evaluar y observar si todos los recursos y recomendaciones para el parto respetado se ponen en práctica o sólo quedan en la teoría.
Considero que el cambio de paradigma necesita de obstetras, obstétricas, enfermeras, auxiliares, pediatras y asistentes sociales empoderados con el parto respetado.
6) ¿Es posible aplicar el modelo del parto desmedicalizado en maternidades con grandes números de partos?
Por supuesto que es posible, pero el modelo necesita de cambios sostenidos y evaluados sistemáticamente; necesita de Médicos y Obstetras apoyados en conocimientos y una gestión solida de los recursos. En Salta, cuando contamos con las primeras TPR se produjo una caída drástica de la medicalización y los procedimientos innecesarios. Sin embargo para ello fue necesario producir resoluciones y memorandos en pos del cumplimiento de las normas: se produjo un impacto importante pero no fue suficiente. Gradualmente, el personal de obstetricia fue acercándose a la información y, sobre todo, asumiendo el liderazgo necesario sobre el equipo.
Dr. Mario del Barco
Especialista en Pediatría y Neonatología
Responsable de la Unidad de Gestión Clínica de Neonatología
Hospital Publico Materno Infantil de Salta SE